El cuarto de estudio es el lugar de la casa donde se hacen las tareas y se trabaja, por eso es necesario crear un ambiente que estimule la capacidad mental.
Los cuartos de los niños y adolescentes ahora incorporan equipamientos para estudiar también necesitan de un diseño definido que ayude a los niños y niñas a optimizar sus tareas escolares.
Sabemos que el color influye en nuestra personalidad y desarrollo, por esta razón conoceremos los colores que pueden ayudar a los niños a que desarrollen mejor sus lecturas, deberes y horas de estudio. Diseña un espacio para que puedan concentrarse con mayor facilidad.
Uno de los colores más recomendables para aplicar al cuarto de estudio de los niños es la gama de verdes. El color de la vida y de la naturaleza y transmite una gran sensación de tranquilidad, también simboliza y genera seguridad, de modo que puede hacer que tus hijos se sientan más a gusto. Reduce el estrés y refuerza la capacidad de concentración por lo que es la opción perfecta para ayudar a los pequeños a estudiar y hacer los deberes.
La gama de los lilas, violetas y rosas simbolizan feminidad, espiritualidad, fantasía y misterio por lo que se trata de una combinación idónea para aquellos niños que necesitan ayuda para desarrollar su lado más creativo, destaca el aumento de la capacidad de comunicación y la reducción de la impaciencia, factores fundamentales para que los más jóvenes estudien con concentración sin cansarse al poco tiempo de ponerse con los deberes.
El color blanco, representa la pureza, transmite paz y es ideal para conseguir ambientes luminosos y tranquilos, genera un ambiente sereno, ordenada y limpio. el color blanco les ayudará a concentrarse plenamente en lo que están haciendo, sin distracciones. Además, si puedes, aprovecha la luz natural para situar el escritorio cerca, mejorará el rendimiento escolar y la vista de los niños se verá reconfortada.
El azul transmite sensación de relajación y estabilidad. Es uno de los colores más utilizados para decorar las habitaciones infantiles porque ayuda a calmar la mente, facilita la concentración, disminuye el miedo y la tensión.
El amarillo representa el intelecto, por lo que es una buena opción para utilizarlo en el espacio en el que estudia tu hijo, aprenderán con mayor facilidad todo aquello que requiera una repetición, como las tablas de multiplicar.
El color rojo es el más excitante y estimulante, aumenta la presión sanguínea y el entusiasmo así que es una opción ideal para fomentar el interés. Es un tono muy vibrante e intenso que incrementa la actividad por lo que se trata de una opción ideal para la zona de estudio. Ayuda a memorizar correctamente y mantiene a los niños en situación de alerta. Por ello, no se recomienda utilizar el rojo en habitaciones de niños hiperactivos o que se distraen con facilidad, ya que puede ser excesivamente sugerente.
Eso sí, si la zona de estudio y la de descanso comparten el mismo espacio, aplica el rojo en pequeñas dosis para no entorpecer el sueño. Juega con colores neutros en los grandes elementos para evitar que genere un exceso de energía. Además, evita siempre que puedas la iluminación fluorescente ya que su constante parpadeo genera cansancio con mayor facilidad.
Y para los niños más grandes y adolecentes, aquellos que necesitan invertir muchas horas de estudio, el marrón y el tono café son las opciones ideales. Son los colores de la tierra, por lo que nos conectan con la naturaleza generando sensación de equilibrio. Son colores neutros que favorecen la concentración y la capacidad de retención.